martes, 21 de diciembre de 2010

El niño de ayer

Cayó de pie un día el niño de alas rotas
Se fomento una dicha del cielo acomplejado
Letra a letra lloraba en su precioso canto, el niño que algún día cayó de pie junto aquel árbol,
Se le enredo el alma en suspiros blancos simples
Se le perdió el viento, la manzana y un carrito de juguete.
Lloraba por la ausencia de aquellos años suyos, se estremecía en el aire,  cocinaba pasos de un pasado reflejado en sus espejos.

Se le fue la vida al niño de colores,
Nada era exquisito como en tiempos donde el calzado era piel bajo el suelo fácil de la vida,
Se le vio pasar con minúsculas sonrisas,
Llevaba bajo el brazo; años, tiempo y un poco de agua de existencia.
Tenía  arrugas y  manchas en el alma, tenia deseos de ser joven, bello y poeta de mil noches.
La mirada estaba sucia, había pecado y escupido. No era víctima del tiempo, moría  por el dolor acumulado.
Ya en su lecho, gritando con el alma;
Enseño a su cuerpo y a su amado cielo, que las alas rotas se cosieron con el infame tiempo.

 María José Rodriguez

No hay comentarios:

Publicar un comentario